Creíamos que no llegarían nunca, pero ya han llegado las nuevas PIZARRAS DIGITALES. No son aparatos mágicos, aunque permiten hacer cosas sorprendentes, ni la panacea universal para resolver todos los problemas de la educación -ya nos gustaría que asi fuese- sino un recurso tecnológico más a disposición de profesores y alumnos para mejorar la calidad de nuestro trabajo en el aula. Con respecto a la simple pantalla blanca, ya de por sí enormemente útil en combinación con un proyector, la pizarra digital permite una interactividad mucho mayor.
Pero primero tenemos que aprender a conocer bien su funcionamiento, lo que llevará su tiempo, y a mantenerlas, desde el primer día, porque las PIZARRAS DIGITALES son un recurso sofistificado y muy costoso, y no podemos permitirnos el lujo de que se estropeen a causa de un torpe manejo o de un trato descuidado. Para empezar, los profesores estamos asistiendo, en horario extraescolar, a un curso para poder sacar el mayor provecho didáctico de estos artilugios.
Las PIZARRAS DIGITALES son propiedad del Instituto, no del Departamento de Lengua, pero la responsabilidad de mantenerlas y cuidarlas, como debemos hacer con el resto de las instalaciones del centro, es de todos y cada uno de nosotros. No debemos olvidarlo nunca.
Mucha pizarra digitatal, pero cuando no funciona bien todos los profes cogen la tiza.
ResponderEliminar!Ya te digo!